ISSN electrónico: 1585-5210
DOI: https://doi.org/10.14201/rmc.31199

MEMORIAS DE MUJER: CONSTRUCCIÓN E IDENTIDAD DEL GÉNERO MUJER A TRAVÉS DEL CINE ESPAÑOL

Memorias de Mujer: Construction and Identity of the Female Gender Through Spanish Cinema

María Victoria MARTÍNEZ-VÉREZ ; Pedro Javier ALBAR-MANSOA ; Lorena LÓPEZ-MÉNDEZ

Universidad Complutense de Madrid (España).

Autor para correspondencia: Pedro Javier Albar Mansoa

Correo electrónico: pjalbar@ucm.es

Recibido: 12 septiembre de 2022
Aceptado: 10 de octubre de 2022

Resumen

El cine encarna la vida real en todo aquello que imaginamos, por ello, desde el Máster en Educación Artística en Instituciones Sociales y Culturales de la Universidad Complutense de Madrid, se propone desarrollar un proyecto intergeneracional, Memorias de Mujer, que utiliza el cine español como herramienta mediadora, para analizar los procesos de construcción e identidad de género y expresar en un documento audiovisual la experiencia reflexiva, el cual es evaluado en el presente trabajo. Así, se opta por un diseño de investigación mixto y experimental1, establecido desde el paradigma de la investigación-acción, en torno a unos principios metodológicos, que organizan las acciones en torno a las variables que describen el hecho a investigar. Los resultados del estudio, analizados mediante la técnica cualitativa del panel, permiten afirmar que la propuesta cinematográfica ha funcionado. El cine fórum ha permitido abordar la evolución del rol de la mujer, así como compartir intersubjetividades e imaginarios con mujeres de otras generaciones.

Palabras claves: feminismo; cine; educación artística; aprendizaje activo; identidad; contextos de salud y bienestar.

Abstract

The cinema embodies real life in everything we imagine, for this reason, from the Master’s degree in Art Education in Social and Cultural Institutions of the Complutense University of Madrid, it is proposed to develop an intergenerational project, Memorias de Mujer, which uses Spanish cinema as a mediating tool, to analyze the processes of construction and gender identity and express the reflective experience in an audiovisual document, which is evaluated in this work. Thus, a mixed and experimental research design is chosen1, established from the action-research paradigm, around methodological principles, which organize the actions around the variables that describe the fact at hand. research. The results of the study, analyzed using the qualitative panel technique, allow us to affirm that the cinematographic proposal has worked. The cinema forum has made it possible to address the evolution of the role of women, as well as to share intersubjectivities and imaginaries with women of other generations.

Keywords: feminism; cinema; art education; active learning; identity; health and wellness contexts.

Introducción

El cine es una excelente herramienta mediadora en los procesos socioeducativos, ya que permite trabajar temas transversales de una manera vivencial, a través de las y los personajes que recrean narrativas produciendo representaciones de imágenes que configuran significados acordes al imaginario colectivo de una sociedad, el cual, al estar ligado a una cultura, está repleto los estereotipos propios de esa cultura, condicionando la manera de ver, mirar e incluso vivir en el mundo, así, los arquetipos de género presentes en occidente están vinculados al papel que ejercen los hombres frente a las mujeres y como tal es conveniente reflexionar acerca de los mitos ligados a la feminidad2.

La figura de la mujer en el cine es un tema investigado con más énfasis en las últimas décadas, dónde nos encontramos interesantes aportaciones como la realizada por Cruzado3 quien denuncia el carácter construido de las imágenes de mujeres y propone buscar alternativas a dichas representaciones (Foto 1).

Foto 1. Autores (2022). Memorias de mujer I. FOTOENSAYO compuesto por seis imágenes, izquierda arriba CITA VISUAL fotograma del filme Las chicas de la Cruz Roja (1958) de Rafael J. Salvia, fuente: https://img2.rtve.es/i/?w=1600&i=1637836425976.jpg. En la parte inferior izquierda FOTOGRAFÍA de Á. M., seguido de una FOTOGRAFÍA, debajo de D. S. M. y abajo, FOTOGRAFÍA de A. P. G. En la parte derecha dos FOTOGRAFÍAS de L. T. S.

En este sentido, Puebla y Carrillo4 analizan cómo las mujeres que retrata Amenábar adquieren nuevos roles que se entremezclan con arquetipos clásicos asociados a la imagen femenina, facilitando la comprensión de la visión de la mujer que ofrecen películas como Las chicas de la Cruz Roja (1958) de Rafael J. Salvia.

Asimismo, Castro Ricalde5, nos ofrece un panorama acerca de las relaciones establecidas entre la «teoría cinematográfica y los estudios de género, prestando especial atención a la creciente especialización en los estudios que abordan a la mujer y su relación con el cine, en sus múltiples facetas e intereses, de acuerdo con las diversas etapas por las que ha transitado el movimiento feminista».

Además, es interesante analizar las representaciones de género en el cine español en diferentes épocas, con el fin de visualizar los cambios producidos en la figura de la mujer y los temas que la atañen, ya que como refiere Rincón6 la cinematografía española producida entre 1939 y 1982 nos permite comprender los modelos identitarios femeninos y masculinos durante el periodo franquista y la transición, ya que además de reflejar el imaginario colectivo, el cine ha colaborado en la construcción de estereotipos como la mujer ama de casa feliz, la chica yeyé o la mujer maltratada, etc. (Foto 2)

Foto 2. Autores (2022). Memorias de mujer II. FOTOENSAYO compuesto por cuatro imágenes, primera superior FOTOGRAFÍA de I. M. P., Autorretrato 2022. Seguidamente, debajo CITA VISUAL fotograma del filme. Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) de Pedro Almodóvar, fuente: https://static.eldiario.es/clip/35cd9fb1-49d7-4728-a2c8-e13a256432ea_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg. A la derecha FOTOGRAFÍA de I. B.l y, por último, FRASES de I.S.M.

Atendiendo a estas cuestiones, desde la asignatura Educación artística como recurso en contextos de salud y bienestar, Educación artística como recurso en contextos de salud y bienestar, del Máster en Educación Artística en Instituciones Sociales y Culturales de la Universidad Complutense de Madrid, se propone un proyecto de creación artística, construido a través del cine y del debate, en el que participan personas de tres generaciones diferentes, que pretende abordar la construcción e identidad del género mujer a través del cine español, mediante el análisis y estudio de tres filmes, Las chicas de la Cruz Roja; Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) de Almodóvar; y Mi vida sin mí (2003) de Coixet.

Metodología

Contexto institucional del Proyecto Memorias de Mujer

El Máster en Educación Artística en Instituciones Sociales y Culturales de la Universidad Complutense de Madrid tiene por objeto vincular la expresión artística con la realidad social donde el alumnado ejercerá sus competencias profesionales, poniendo de relieve el compromiso ético del arte y su poder como herramienta mediadora ante el malestar psíquico y social7 (Foto 3).

Foto 3. Autores (2022). Memorias de mujer III. FOTOENSAYO compuesto por cinco imágenes. En primer lugar, a la izquierda arriba, parte superior de la composición, FOTOGRAFÍA de E.T, Autorretrato (2022). Seguidamente FOTOGRAFÍA de I. R. de R. A la derecha CITA VISUAL fotograma de la película Mi vida sin mí (2003) de Isabel Coixet. En la parte inferior dos FOTOGRAFÍAS de I. B.

Dentro de este marco de actuación institucional, la coordinación del Máster propone, en relación con los contenidos de la asignatura, analizar el aporte de la mediación artística en la construcción de los procesos de identidad del género mujer, a través del cine español. Para ello, se crea una dinámica y un equipo de trabajo con experiencia en el ámbito de la investigación artística, el cual, tras realizar una revisión bibliográfica, decide poner en marcha el proyecto Memorias de Mujer para dar respuesta a los siguientes objetivos:

• Analizar la idoneidad del cine para reflexionar acerca del género femenino como constructo social.

• Evidenciar las potencialidades del grupo de discusión en relación con los procesos reflexivos ligados al género.

• Definir la construcción social del género mujer, desde una óptica cinematográfica.

• Identificar las señales que evidencian la evolución del concepto de género, empleando para ello tres filmes españoles estrenados en diferentes épocas.

• Concretar las dificultades que han surgido durante el desempeño.

• Identificar el poder de la imagen en la representación de la idea de género.

• Determinar el alcance de los objetivos del proyecto artístico.

• Analizar las propuestas de mejora continua.

Proceso metodológico

Para lograr la consecución de estos objetivos, el proyecto se concreta en un conjunto de actividades, organizadas en tres fases:

1. Primera Fase - Revisión científica y propuesta metodológica.

2. Segunda Fase - Implementación del proyecto, a través de:

a. Concreción de la propuesta cinematográfica en los siguientes títulos: Las chicas de la Cruz Roja; Mujeres al borde de un ataque de nervios; y Mi vida sin mí.

b. Selección de las personas participantes: En este proyecto han participado, debatiendo y co-creando un documento visual, 66 personas de 3 generaciones distintas (hasta 35 años; de 36 a 59 años; y 60 años o más).

c. Organización de las personas participantes en grupos de discusión formados por tres personas de generaciones distintas, para analizar la evolución del constructo mujer.

d. Elección del domicilio particular de las participantes, como lugar para el visionado de las películas; el debate dirigido; y la elaboración del documento audiovisual.

e. Creación colaborativa - alumnado del máster (capacidad técnica) y personas participantes (subjetividad y significación) - de un documento audiovisual acerca de la identidad de género femenino.

3. Tercera Fase - Evaluación del Proyecto Artístico Memorias de Mujer desde el paradigma de la investigación - acción.

a. Elaboración de instrumentos de investigación, para facilitar la recopilación de los datos.

Para lograr la coherencia entre los objetivos y las actividades, se establecen los siguientes principios metodológicos:

1. El aprendizaje-servicio como marco para la implementación, en tanto que las acciones ideadas, implementadas y supervisadas desde el Máster de Educación Artística en Instituciones Sociales y Culturales, pretenden dar respuesta a una necesidad, la coeducación, y se desarrollan en un marco de educación no formal.

2. El diseño «ad-hoc» de las actividades, ya que, para analizar la construcción social del género mujer es necesario organizar grupos de trabajo y discusión formados por personas de generaciones diferentes y establecer como lugar de implementación de la segunda fase del proyecto el domicilio particular de las personas participantes.

3. La adopción de un protocolo de buenas prácticas, concretado en las siguientes fases:

a. El Máster Universitario en Educación Artística en Instituciones Sociales y Culturales informa a las personas participantes acerca de la naturaleza, el objeto y el procedimiento metodológico.

b. Y solicita a los mismos, el consentimiento informado, que explicita:

i.   El tratamiento de los datos.

ii.  Establece una responsabilidad penal y un lugar físico para su custodia.

iii. Y limita la utilización de estos, únicamente, a la divulgación en los ámbitos académicos y didácticos.

4. La mejora continua, ligada a una dinámica de análisis de la propia práctica, que implica un hacer que, además de proyectarse en un conjunto de acciones, reflexiona sobre sí mismo y establece aprendizajes.

Método

Los procesos de investigación de las disciplinas artísticas buscan ahondar en la significación de los actores, teniendo en cuenta que el hecho cultural nace de la interacción entre realidad social e intersubjetividad humana8, y por lo tanto es simbólico.

Atendiendo a este aspecto «ad hoc» de la realidad investigada, el proceso de investigación ha de adaptarse al contexto para ahondar en la significación de los actores, respecto al hecho investigado, en este caso, el proyecto Memorias de Mujer.

En este sentido, la evaluación del citado proyecto, es abordada desde el paradigma de la investigación-acción, en cuanto a que: a) se trata de una propuesta educativa, enmarcada en el aprendizaje servicio; b) que utiliza el cine y la creación artística como herramienta mediadora; y c) propone una dinámica evaluativa, ligada a la mejora contínua9.

Así, se pretende, siguiendo a Elliot10, plantear un cruce entre la coeducación y la experiencia artística, de modo que surja una propuesta de acción que cristalice en una construcción común, contextualizada y significativa de conocimiento, en el marco de una institución educativa, (el Máster de Educación artística en Instituciones Sociales y Culturales), que se constituye, a su vez, como un espacio de transformación personal, institucional y social.

De acuerdo con estas consideraciones, se establece el objeto de estudio del presente trabajo, «la evaluación del proyecto Memorias de Mujer», el cual, se concreta en un conjunto de dimensiones11: 1-) la idoneidad de la propuesta cinematográfica respecto a los objetivos del proyecto; 2-) la efectividad de los grupos de discusión, 3-) los aprendizajes realizados, 4-) el abordaje de las dificultades derivadas de la implementación de las acciones, 5-) el alcance de las actividades, y 6-) la mejora continua.

Y se opta por un diseño mixto y exploratorio de investigación1: Mixto, en tanto que combina el uso de diferentes técnicas e instrumentos para acercarse a la perspectiva de las personas participantes12 y, exploratorio porque determina una serie de «claves de interpretación» que «equivalen y desempeñan las mismas funciones que la teoría y las hipótesis en los análisis cuantitativos»11 y que se corresponden con las dimensiones descritas en el párrafo anterior.

De acuerdo con este diseño mixto de investigación, se determina el uso combinado de cuatro técnicas de investigación: 1-) la observación documental, en tanto que permite determinar el método, centrar las variables y discutir los resultados13; 2-) la entrevista dirigida al alumnado del máster para analizar la idoneidad de la propuesta, ya que, permite al investigador obtener información acerca de cómo los actores actúan y reconstruyen el sistema de representaciones sociales en sus prácticas individuales14; 3-) la observación participante entendida como «el resultado codificado del acto de observar seguido del acto de interpretar»15; y 4-) el análisis cualitativo de panel, denominado de cohorte16, que analiza los discursos de las personas que han experimentado por sí mismas una determinada experiencia, en este caso, la participación en el proyecto Memorias de Mujer. El uso combinado de estas técnicas, permitirá a los investigadores adentrarse en la subjetividad y la significación de las acciones, teniendo en cuenta la perspectiva de los actores.

Para lograr la efectividad de la entrevista, se construye un guión semiestructurado de preguntas abiertas que, siguiendo a Kvale17, permite tanto la fluidez en la conversación de los grupos de debate, como el control de las dimensiones objeto de estudio.

Dicho instrumento está dirigido al alumnado del Máster, quienes al haber participado como moderadores de los grupos de discusión, prestado su capacidad técnica para la co-creación del documento audiovisual y establecido mecanismos de feedback entre las personas participantes y el equipo de investigaciones, conocen el proceso de implementación del proyecto y por tanto, son capaces de informar acerca del mismo18.

Una vez obtenidos los datos, éstos se categorizan de acuerdo a las dimensiones anteriormente señaladas y se analizan siguiendo el análisis cualitativo de panel, denominado de cohorte16, el cual, tal y como ya se indicó, permite profundizar en el discurso de los participantes, teniendo en cuenta la intersubjetividad.

Análisis y resultados

A continuación, se describen, organizados en torno a las variables que determinan el objeto de estudio, los resultados de evaluación del proyecto artístico Memorias de Mujer.

Respecto a la adecuación de la propuesta cinematográfica, el 98 % de las personas participantes consideran que la elección de las películas ha sido idónea, «ya que me han permitido reestructurar ideas sueltas que tenía acerca del género, en torno a categorías más estables y mejor construidas» (G 9); así, «pienso que he conseguido afianzar y ratificar algunos conceptos relativos al género» (G 1). En este sentido, «considero que deberíamos crear estructuras sociales que dejasen fuera el patriarcado y generarán igualdad real» (G 18), por ello, «considero que la ideología abolicionista de género es una de las herramientas políticas más acertadas ya que plantea una reforma estructural. Pretende eliminar la normatividad establecida hacia el sexo biológico y los fundamentos sobre los que se ha edificado el concepto de femenino y masculino». (G 8)

Las potencialidades del grupo de discusión aparecen identificadas en las respuestas de las personas participantes como aprendizajes transversales, así, «las opiniones surgidas durante el debate me ayudaron a estructurar las ideas previas» (G 5), de este modo, «considero que he aprendido a reflexionar a partir de pensamientos ajenos, aumentando mi umbral sensible y receptivo» (G 14); por ello, «ahora tengo un pensamiento que me trasciende, que va más allá de mi propia opinión» (G 15).

Esta construcción relacional ha permitido que las personas participantes hayan experimentado la empatía, «la reflexión grupal me ha permitido entender lo que piensan otras personas de la edad de mi madre y de mi abuela, y ha sido bueno, me ha acercado a ellas y ahora comprendo mejor su punto de vista» (G 11).

Por consiguiente, la constitución intergeneracional de los grupos focales fue un aspecto valorado muy positivamente, así, «reflexionar con otras mujeres de edades diferentes a la mía ha sido muy enriquecedor, me ha parecido un acercamiento muy humano a la cuestión de género. Repetiría». (G 9) Ya que, «a pesar de la distancia temporal que había entre nosotras, en cuestión de género, teníamos mucha vida compartida, como mujeres no somos tan diferentes» (G 5); «nos une el sentido de comunidad y de lucha para extraernos de las imposiciones patriarcales» (G 16).

Por otro lado, los archivos visuales de los grupos de discusión permitieron a las personas participantes observar el proceso reflexivo desde una óptica diferente, «tomando nota de gestos, vacilaciones y énfasis vocales que habían pasado desapercibidos y que aparecen resaltados en la obra, ya que, son una parte importante de la experiencia» (G 6); en este sentido, «fueron valiosos a la hora de realizar una evaluación cualitativa, facilitaron el análisis» (G 7).

Para definir el género, por medio del debate, las personas participantes, especialmente las más jóvenes, dialogaron a través del pensamiento feminista, trayendo a colación, «lecturas que haces por tu cuenta, para responder a cuestiones que te importan» (G 19); ya que, «ser mujer es una pregunta que toda persona del sexo femenino ha de hacerse, no una vez, sino mil ciento cincuenta veces» (G 4). Así, Subirats y Tomé, Gloria Steinem, Virginia Wolf, Judith Butler, Margaret Atwood, Bell Hooks y Simone de Beauvoir, han participado con fuerza en los debates, «siempre, por supuesto, del lado de las mujeres que buscan no conformarse» (G 18).

Ya que, para las participantes «el género es un concepto difícil de gestionar, favorece la manipulación; juega con la objetividad, aunque existe al margen de ésta» (G 15); «va más allá de la biología» (G 6); «no hay nada de «natural» en el concepto de mujer ni en el de hombre»; «es una categoría social, adquirida mediante los procesos de socialización, que te encasilla en unos roles, en relación con unas características biológicas» (G 2); y «que, incluso, limita la naturaleza humana».

A la hora de identificar las variables que intervienen en la construcción del género como categoría social y cultural, es posible afirmar que la propuesta cinematográfica ha permitido a las personas participantes «ratificar la importancia del contexto, ya que, las películas tratan el género de manera muy diferente, cada una de ellas representa los estereotipos de la época en la que se estrenaron» (G 14), así, «a través del cine he podido constatar que los tiempos cambian» (G 1); «el género está ligado a nuestra cultura social, surge de la identificación y no debemos perder de vista esta perspectiva, se trata de un concepto subjetivo» (G 18).

Así mismo, el análisis de las tres películas ha permitido a las personas participantes constatar que «la mujer ha arrastrado una pesada carga a lo largo de la historia, los roles de género, y que, a pesar de que, en la actualidad, ha recuperado parte de la autonomía que le corresponde como persona, todavía queda mucha tela que cortar» (G 8); es necesario «cambiar el modelo social, para evitar que ciertos comportamientos y actitudes sean impuestos según el sexo de cada ser humano al nacer» (G 8); «hay que abrirse a lo humano y trabajar desde ahí» (G 18).

Las personas participantes han tenido que superar algunas dificultades para desarrollar la propuesta cinematográfica y alcanzar los objetivos previstos, así, desde un punto de vista técnico, «ha resultado difícil involucrar a personas ajenas al Máster, que además pertenecían a distintas generaciones, la coordinación no ha sido senciilla Al no jugarse nada, las prioridades resultaron difíciles de conciliar, si no venían, no podías realizar la actividad y había que planificar de nuevo el visionado y el debate, pero la vida real del artista es así y está bien darse cuenta» (G 2).

Por otro lado, desde una perspectiva ontológica, han ido apareciendo otras dificultades, como «acoplarme a los objetivos de la propuesta» (G 3); en concreto, resultó complejo «encontrar un hilo conductor en las películas que llevase al tema del género, sin pasar por la propia experiencia. Pretendíamos alcanzar una cierta objetividad en torno al concepto» (G 4), ya que, «es una responsabilidad muy grande hablar de lo que significa ser mujer» (G 6), pero, «el género es una categoría fluida y abstracta, difícil de apresar» (G 5); por ello, «la palabra mujer se me hizo un muro, con el que no he parado de chocar durante el proyecto» (G 9).

Para solventar esta dificultad, se hizo necesario «cambiar la perspectiva» (G 4); así «al superar la objetividad, fue posible analizar la palabra mujer desde la vivencia» (G 7); ya que, «hay cosas, que como propone Magritte, simplemente son y, como tal, no necesitan ser definidas ni razonadas. Una vez que aceptamos esta premisa, el trabajo echó a andar por su cuenta y se hizo subjetivo» (G 7); y fue en la subjevitividad, donde «apareció un nuevo hilo conductor, la línea de consanguinidad, que permitió que la palabra mujer se revelase en su verdadero significado» (G 20).

A la hora de determinar el papel del lenguaje cinematográfico en la construcción social del género, las personas participantes desgranan las posibilidades que este arte ofrece tanto para el análisis como para la significación de los conceptos, y la primera de ellas es que «el cine nos proveyó de un lugar, de un punto de partida, para empezar a reflexionar sobre el género» (G 5); «nos dio ideas y referencias para iniciar el debate» (G 9).

Así, «haber elegido el cine como herramienta reflexiva me parece un acierto, pues al tratarse de un arte en movimiento es capaz de transmitir de manera más explícita los aspectos más complejos» (G 14); en este sentido, «el cine, al igual que la música, son disciplinas artísticas accesibles para la sociedad común» (G 20), ya que, «es capaz de crear una historia en movimiento a partir de una estructura básica, de manera que el espectador es capaz de interpretar el mensaje de manera fácil» (G 14), y es que, «el cine forma parte de nuestro imaginario, de nuestra cultura, nos explica» (G 19).

Por ello, «la idea de ver una película desde la crítica, analizando y buscando un mensaje me parece atractiva y enriquecedora. El cine nos conduce hacia el trasfondo de las cosas» (G 1), es decir, «crea escenarios que nos identifican con una idea» (G 18) y, por ello, «puede ser una herramienta muy potente en la construcción del imaginario femenino» (G 16), en el sentido de que «saca a la luz las tragicomedias de la vida, es un mediador entre la realidad y el ser humano, favorece lo simbólico y ofrece un significado a la experiencia» (G 3).

Desde un punto de vista reivindicativo, «el cine no tiene barreras territoriales ni culturales» (G 15); por ello, «ha jugado un papel muy importante en las diferentes luchas que el ser humano ha librado a lo largo de la historia, desde la propaganda política, hasta las exposiciones con discursos y las pedagogías invisibles» (G 8), y es que «la experiencia estética también tiene una voz» (G 16), así, «nos ha permitido darle visibilidad a la mujer y a las circunstancias en las que vive, además de mostrar la brecha y la desigualdad existentes, dejando constancia de ello» (G 12).

Otra de las posibilidades que ofrece el cine es la de realizar un análisis diacrónico de un fenómeno, en este caso el género y sus implicaciones, y es que «como medio de divulgación de la cultura, nos ofrece una visión de las épocas en las que están ambientadas las historias que cuenta» (G 8), así, desde un punto de vista indagativo, «sucede que a veces nos olvidamos que tenemos fuentes documentales fuera de los libros y que una imagen sacada de su época vale más que mil palabras» (G 15).

En este sentido, para las participantes «el cine es como una cápsula del tiempo, que refleja un momento en la historia» (G 6) y «desde ahí, resulta sencillo analizar el género, su evolución» (G 12); «comprendiendo las diferencias entre el pasado y el presente» (G 14); «con una mirada crítica y abierta al cambio» (G 15); «apreciando las mejoras que, con tanto esfuerzo y sacrificio, hemos conseguido las mujeres a lo largo de los años»; «tomando conciencia de cómo nos hemos ido librando de las ataduras del patriarcado», e incluso atisbando el futuro, «¿qué historias contarán de nosotras las películas de finales del siglo XXI?» (G 2); y es que «en cuestión de género es evidente que cualquier tiempo pasado no fue mejor» (G 12).

Por ello, «considero que ha sido un acierto escoger tres películas tan diferentes entre sí y reflejo de sociedades tan distintas» (G 14); ya que, «ninguna pisaba en el tema a la otra y toda la realidad cotidiana de la mujer se aparecía en el centro del foco» (G 15).

Los documentos audiovisuales creados tras el cineforum han permitido «manifestar las ideas adquiridas, a través de los elementos visuales» (G 8); así, «las imágenes me ayudaron a expresar tanto las ideas contradictorias acerca de lo que es ser mujer, como las preguntas que quedaron sin respuesta» (G 4); ya que, «el arte tiene el poder de la metáfora» (G 9). En este sentido, «la experiencia resultó casi catártica; me brindó la oportunidad de dar ese impacto que las palabras no tienen» (G 6).

En cuanto a la elección de la técnica artística empleada en la creación del documento visual, el vídeo, la fotografía y la escritura han sido las más recurrentes, de ellas se han servido las participantes para dar voz a «los lugares y a las personas cuya presencia acompaña mi crecimiento interior y mi feminidad» (G 1), «de las que he aprendido» (G 2); de modo que, «la idea de género se deja a la interpretación de las personas. No se ofrecen verdades absolutas, sólo se formulan ideas retóricas a partir de imágenes yo» (G 14).

La consecución de los objetivos del proyecto artístico ha sido para las personas participantes «un horizonte, que no conviene perder de vista. Es difícil afirmar que se han alcanzado todos, pues se trata de un tema extenso, pero sin duda se pueden constatar avances» (G 1), ya que, «el cine y la reflexión guiada han sido un buen instrumento» (G 2).

Así, «a través de las películas pude comprender el rol de la mujer a lo largo de la historia reciente y decir, en España fue así», por ello, «si el principal objetivo era aprender acerca de la construcción social del género y deconstruir la palabra mujer, en aspectos o factores culturales, creo que lo hemos conseguido, el cine ha funcionado» (G 5); a través de los personajes «hemos descubierto la evolución del rol, lo que cambia y también lo que permanece» (G 6); además, ha aparecido una preocupación subyacente y es «la posibilidad de un retroceso, que deje atrás a la mujer» (G 8); en este sentido, «creemos que el debate, ha aportado un punto de vista crítico, reflexivo, en torno al género» (G 18), que «favorece al feminismo, en cuanto que ha reunido, más de 60 personas, para pensar y dar voz al género» (G 19).

En todos los procesos artísticos, surge la gracia, lo inesperado, y en este caso, ha venido de la mano de «el diálogo intergeneracional, que, sin ser un objetivo, nos permitió alcanzar todos los demás» (G 19); así, «hablando con otras mujeres hemos podido comprender mejor las circunstancias que han determinado la diferencia de rol» (G 9), de hecho, «nos hubiera gustado estar presentes en la juventud de todas las generaciones simultáneamente, como si se tratase de universos paralelos» (I 15).

Para completar el proceso de investigación-acción, se solicita a las personas participantes que identifiquen aquellos aspectos que, desde su punto de vista, con otro abordaje, facilitan la consecución de los objetivos. En este sentido, pese a que el grado de satisfacción con el desarrollo del proyecto es óptimo, se identifican las siguientes cuestiones:

Respecto a la organización de las actividades, la temporalización resultó escasa, «ojalá se pudiese dilatar el tiempo, para incluir más películas y aumentar la duración de los debates» (G 16).

Así mismo, la pandemia y sus sucesivas olas crearon dificultades en la organización del proceso, ya que, «lo online cuesta y a veces no hubo otra manera de organizar las actividades» (G 14); o también, «nos hubiera gustado juntar a todos los grupos para ver las películas y analizar el contenido entre todas, creemos que hubiera sido muy enriquecedor, pero a causa del virus, no fue posible, era un riesgo demasiado grande, especialmente para las mujeres más mayores» (G 15).

Además, y ya en relación con la propuesta cinematográfica, aparecen otras posibilidades como «que las personas hubiesen podido elegir las películas de acuerdo con su propio concepto de mujer, ya que, la elección en sí misma tendría un significado, que nos permitiría dilucidar la idea de género» (G 9) o también añadir otras películas «que incluyesen la teoría queer o feminista radical» (G 17); o «que contuviesen un mensaje más drástico para facilitar la concienciación» (G 12).

Respecto a las herramientas mediadoras, las personas participantes consideran que el cine ha funcionado, pero a mayores proponen «otro tipo de herramientas para articular un discurso histórico, ya que, a fin de cuentas, el cine es ficción» (G 8). En este sentido, «la inclusión de relatos históricos permitiría ahondar en la evolución del género, pero claro, habría que guiar la lectura» (G 12).

De modo similar, la necesidad de un contexto teórico aparece señalado como un aspecto importante a incorporar, así, «antes o después del visionado, añadiría una parte de contenido más conceptual respecto al género, con el fin de centrar el debate» (G 6).

Por último, en cuanto al resultado artístico, la obra colaborativa, las personas participantes consideran que «la idea de crear un proyecto visual es interesante, ya que permite trabajar el género desde una perspectiva creativa, que lo exprese» (G 1), pero uno de los grupos considera que el tipo de proyecto debería concretarse en torno a «la creación de un documental, un estudio de caso, que profundizase en el significado de la palabra mujer» (G18).

Discusión

El análisis de los resultados permite afirmar que el cine ha facilitado la reflexión sobre el mito del eterno género femenino, que tal y como señalan las personas participantes, ni es eterno ni es femenino, ya que, antes de que hubiese mujeres realizadoras, la imagen percibida de la mujer era masculina19.

En este sentido, la propuesta cinematográfica ha sido una excelente herramienta mediadora, que ha facilitado la comprensión del género no como una realidad objetiva, sino como un constructo construido socialmente, que cambia y evoluciona al compás del imaginario colectivo4.

Cuando nos acercamos a una película del pasado, nuestro imaginario no la contiene y se produce un choque de estereotipos, un extrañamiento, desde el cual es posible advertir los cambios acaecidos a la figura mujer, tanto en la representación del icono femenino, como en las motivaciones, anhelos y expectativas2.

Los personajes femeninos atrapados en la cinta de celuloide son testimonio de una historia, la de la mujer que respira y vive en la época en la que se estrenó la película; de ahí no sale; el futuro que ha de venir no está contenido en la trama, de modo que todo lo que acontece en el film es pasado, y es esta distancia respecto al relato es la que permite identificar las variables que definen al género en cada cinta, observando la evolución de las mismas6.

Pero, además de analizar la construcción social del género, los resultados muestran que las personas participantes han alcanzado una comprensión empática respecto a otras generaciones que no son la propia. En este sentido, se observa como la organización intergeneracional del cinefórum ha dado también sus propios frutos, ya que la juventud de cada grupo de edad ha visto el estreno de una de las películas, nunca de todas, de modo que todas las generaciones han tenido que acercarse a unos estereotipos de género que no son suyos. Así, es posible afirmar que, a través del debate intergeneracional, el relato cinematográfico se ha encarnado, tiene voz y nombre propio, el de las personas que han contado su vivencia en los grupos de discusión, explicando aspectos culturales presentes en la trama, que, desde la distancia generacional son inexplicables, pero que forman parte de la construcción social del género. Y es que, tal y como señala Raquejo y Perales20, la empatía es tan humana como la piel, basta con mirar a un otro, para desear entenderle.

Así, el análisis de resultados muestra que los estereotipos cinematográficos son percibidos por las personas participantes como parte de una identidad de género fluida, que evoluciona a la par que el feminismo5, movimiento que es reconocido y valorado por las tres generaciones.

En este sentido, la subjetividad ha desplazado lo objetivo y se ha convertido en el hilo conductor de la creación artística, que más que definir al género, le ha dado una voz cinematográfica, al centrar el concepto no tanto en lo ontológico sino más bien en la vivencia, el documento audiovisual creado por las personas participantes ha alumbrado identidades de género fluidas, preñadas de cambio.

Conclusiones

El lenguaje cinematográfico ha funcionado, ya que se trata de una disciplina accesible que facilita la reflexión y el análisis. Nos conduce al fondo de las cosas, crea escenarios que representan una idea y, por ello puede ser una herramienta muy potente en la construcción del imaginario femenino y en la reivindicación de la mujer. La cultura visual tiene una voz y es de largo alcance.

Así, el cinefórum ha permitido abordar la evolución de los roles masculinos y femeninos; identificando los aspectos que cambian y también aquellos otros que permanecen; así como, comprender mejor y más profundamente a las mujeres de otras generaciones, valorando sus aportaciones.

No obstante, para realizar el trabajo las personas participantes han tenido que superar algunas dificultades de tipo ontológico referidas a abandonar la seguridad de la objetividad para construir una definición del género desde la subjetividad y la vivencia.

Respecto a la metodología y desde una perspectiva analítica, los grupos de discusión han permitido la adquisición de aprendizajes transversales como la reestructuración de las ideas previas, la empatía y el pensamiento trascendente.

Así mismo, los archivos visuales obtenidos durante los grupos de discusión permitieron observar las contradicciones del lenguaje verbal y no verbal, facilitando la evaluación cualitativa del proceso.

El vídeo, la fotografía y la escritura han sido las técnicas elegidas para la creación del documento visual que representa la idea de género. En este sentido, la creación artística ha facilitado la expresión de ideas, que, pese a parecer contradictorias, de repente se sitúan y cobran sentido, por eso la experiencia creativa es catártica.

Por último, la mejora continua que da sentido al proceso de investigación-acción ha permitido a los investigadores reflexionar acerca de la propuesta cinematográfica, de cara a incluir títulos que trabajen cuestiones más específicas como la teoría queer o el feminismo radical.

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María Victoria, Martínez-Vérez. Doctora en sociología por la Universidade da Coruña, diplomada en trabajo social y licenciada en sociología por las Universidades de Santiago de Compostela y Pontificia de Salamanca. Profesora Tutora de la UNED (A Coruña) y del CIFP Anxel Casal Montealto.

Pedro Javier Albar Mansoa. Doctor en Bellas Artes. PDI (Personal Docente e Investigador) del Departamento de Escultura y Formación Artística (sección Didáctica de la Expresión Plástica) Facultad de Bellas Artes. Universidad Complutense de Madrid. Coordinador y profesor del Máster Universitario en Educación Artística en Instituciones Sociales y Culturales. Profesor de la asignatura: Educación artística como recurso en contextos de salud y bienestar.

Lorena López Méndez. Doctora en Bellas Artes. PDI (Personal Docente e Investigador) del Departamento de Escultura y Formación Artística (sección Didáctica de la Expresión Plástica) Facultad de Bellas Artes. Universidad Complutense de Madrid. Profesora del Máster Universitario en Educación Artística en Instituciones Sociales y Culturales.